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  • Alexa Perada

Mesa redonda

Actualizado: 8 feb 2021


A las 18:30 pm, del miércoles 5 de agosto, se reunieron vía Zoom cuatro mujeres incomparables: Elisa Miller (directora y guionista), Abril Alzaga (Directora Ejecutiva de FICUNAM), Sandra de Silva (Cinematógrafa, fundadora de Apertura) y Andrea Rendón (Fundadora de Girls at Films).

Que tremendo fue verlas aunque fuera de lejecitos y dentro de cuadrículas que se pixelearon intermitentemente. Cada una en sus nidos, en sus hogares. Ana Fer Torres, estudiante de comunicación, dio inició al evento con una sonrisa de oreja a oreja. Les preguntó sobre sus inicios, el por qué de sus vidas actuales. Sorprendentemente, las cuatro compartieron historias similares.

Abril Alzaga: Bueno, yo no estudié cine y es una de mis más grandes cobardías. No me animé y me fui directo a ciencias de la comunicación. Desde segundo semestre empecé a trabajar. De la tele salte a la maternidad y de pronto mi carrera se vio truncada porque decidí ser mamá. “Te fuiste a ser mamá” me decían. Como si eso hubiera cancelado algo. Regreso a través de la gestión cultural y de ahí salté a FICUNAM. Volví a las andadas desde la promoción y no el qué hacer como tal. Sandra de Silva: Mi papá me dijo “no, el cine no es una carrera”. Empecé a estudiar comunicaciones y después del primer semestre no me gustó . Me pareció que era nefasta. Hice el examen en el CUEC y no me aceptaron. Me fui al instituto ruso mexicano de cine, pero era enfocado a dirección y yo quería ser cinematografa. Entonces me fui a Vancouver Film School y luego a Londres a hacer una maestría. Volví y empecé a trabajar con un poco de dificultad. La industria olvida rápido y aunque conocí productores y directores, por irme dos años, fue como si jamás hubiera existido en la industria del cine en México.

Elisa Miller:Yo iba para estudiar ciencias y el último año descubrí que quería hacer algo de las artes. Entré a estudiar filosofía, me fui a estudiar a Francia y ahí me enamoré por el cineclub. Abandoné a Descartes por Godard. Regrese a México, entré al CCC. Trabajé para Claudia Becker y así fue como le perdí miedo a los actores. A uno de mis cortos (Ver llover) que hice cuando seguía estudiando le pasó algo muy escandaloso: ganó una palma de oro. Una carrera no tan estable es la de cine. El tiempo en el CCC, es un tiempo suspendido. Podías estar 7 años estudiando y no sabías en qué año estabas. A veces me arrepiento y digo “ahorita sería cardióloga y estaría cabrona” pero, creo que esta es una carrera de perseverancia. Andrea Rendón: Está la cosquillita de haber estudiado cine. La revista fue un proyecto de tesis. Yo quería hacer algo en cuanto a la distribución de cine en la ciudad y llegamos a la revista. A mí siempre me ha gustado el cine y tenía la ventaja de tener el festival de Morelia. Yo con mis amigos iba y me sentaba a ver a los actores, los directores. A veces entrábamos sin saber de quién era la película y era una sorpresa. Es complicado ver muchas películas si no vives en la Ciudad de México.

Ana Fer, risueña y con la emoción de todos quienes presenciamos el encuentro, hizo la pregunta detonadora de la mesa redonda: ¿ustedes cómo perciben o qué creen pasa en la industria del país?

Abril Alzaga enfatizó en la parte del disparidad del ingreso; en cómo, desde las familias, que una mujer se quiera dedicar al cine se vuelve un cuestionamiento infinito; sobre esa pausa forzada las mujeres en el cine deben hacer por la maternidad. “Retomar (después de ser madre) cuesta más trabajo, ese es un punto nodal” Sandra de Silva complementó hablando sobre la importancia de la visibilidad de las mujeres en la industria y de pronto, a la mitad de su explicación, un video musical que hace bailar a la directora Elisa Miller, se vuelve polizón del encuentro por unos milisegundos. Las mujeres sueltan risas y Elisa se estira, con cigarro en mano, para seguir la conversación.

Elisa Miller: Es una cosa de educación de raíz, es lo que ves en tu casa. Te hacen creer que no puedes porque eres mujer. Es normalizar que no podemos, es horrendo. Viene mucho antes que la misma escuela de cine. Ya en la escuela de cine yo tenía que hacer el triple que los hombres. Te la pasas demostrando que puedes y lo que pasa es que te vuelves más cabrona que ellos. Tienes que darles la vuelta. Yo me he pasado rodajes enteros con el triple esfuerzo para imponer y demostrar que sí tengo la claridad para dirigir. Un maestro me dijo un día “Deja de hacer cine femenino” y le dije “soy mujer, que otro cine puedo hacer”. La mirada es lo único que uno tiene. No entendía que eso fuera un tipo de cine. En mi tesis un sinodal me dijo “nos estas insultando con esta sangre menstrual” y yo dije “wey, bienvenido a mi vida”.



La discusión se dejó cocer a fuego lento. Abril Alzaga nos hizo dudar si ¿Son nuestras historias las que contamos o la repetición de lo que nos han metido todos los días desde las caricaturas hasta las películas? Sandra de Silva habló de la importancia de ver más allá de lo que se supone debes hacer por ser mujer “Cada quien tiene las cosas que les gusta y cuando te dicen: tú sólo puedes hacer comerciales de Kotex, preguntas, y ¿por qué no puedo hacer de coches?” Elisa Miller nos contó un poco sobre el cine y el arte unisex. Y Andrea Rendón, que guardo un as bajo su manga, recalcó lo que a veces pasa desapercibido: No hay tantas criticas mujeres como hombres en el país. Y pasa que cuando una mujer empieza a poner su opinión siempre hay alguien que se porta condescendiente ante ella. Empiezan con cuestiones de: seguro te gusto a ti también por ser mujer. Es un ambiente en el que los hombres quieren explicar cosas cuando una ya tiene su opinión.

La mesa redonda cerró con cuestiones de desnudos masculinos, el periodo menstrual en pantalla y sobre cómo es que, con los contrastes, la conversación se enriquece. Para más de este evento visitar la página de Facebook: Festival Kinoki.

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